Las papas de libra
Posted: jueves, 9 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Mi abuela
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Ayer llamé por teléfono a mi familia. Mi abuela estaba de los más contenta : ¡llegó papa mijo, llegó papa ! mi abuela se puso a hablar mas de 15 minutos sobre el lio que se formó con las papas. Se lo cuento.
El camión con las papas llegó al barrio sobre las diez de la mañana y la venta no comenzó hasta las dos de la tarde. El pesaje de la mercancía fue exhaustivo, saco por saco como era costumbre. La cola frente a la tienda se estendió en proporciones, debido a la demora del control físico de las viandas.
Antes de comenzar la venta hubo un murmullo general y protestas por parte de los consumidores, cuando el administrador de la tienda escribió con tiza en la tablilla de información que la papa se vendería a razón de una libra por consumidor. Él exigió de forma rigurosa que los compradores debían presentar su libreta de racionamiento. Todos se miraron. Se había vuelto una costumbre prescindir de esta libreta para comprar papas y venderla sin limitaciones de cantidad. Esta tienda es una de las sobrevivientes de todos los mercaditos del barrio. Hace poco los kioscos particulares que antes vendían viandas, frutas y vegetales, fueron cerrados, luego de permanecer por un periodo de varios meses cerrados por falta de productos.
¡Una libra de papas !. A muchos les pareció ridículo esperar varias horas de cola para llevar, una libra de papas, cantidad ínfima para los grandes vientres. Las protestas y los comentarios se hicieron eco : ¡cojones hasta cuando me van a matar del hambre !. Bueno esa es Juanita, la de la esquina. Mujer de unos 40 años. Pelo rubio y ojos verdes. Alta y gorda. Todos la conocen. Se destaca por sus paradas diarias en la esquina. Su casa es la esquina y su trabajo, es la esquina. No vayan a pensar que no tiene casa . Todo lo contrario. Pero, le gusta la esquina.
¡Hace tres dias que vengo esperando esas papas y ahora una libra ! continuaba ella con su enorme voz de soprano. Pero el presidente del CDR, que también llevaba tres días, según él, utilizó su técnica de “respuesta pasiva” -técnica utilizada por el gobierno para neutralizar los síntomas de malestar y disgusto en la población, empleados retirados y los viejos militantes comunistas que abundan en las colas la utilizan- El presidente hizo su labor, manifestando que algo era mejor que nada, que esto sucedía por ser el primer envío del año y tenían que racionarlo para que alcanzara para todos, que ya era hora de ponerle fin al robo y a la malversación de los empleados estatales sobre los productos que el estado produce con tanto esfuerzo y sacrificio para el pueblo que “trabaja y construye”. Todos aplaudieron y se repusieron en su larga cola. Juanita la de la esquina se fue para su casa con sus 22 libras de papas.
El camión con las papas llegó al barrio sobre las diez de la mañana y la venta no comenzó hasta las dos de la tarde. El pesaje de la mercancía fue exhaustivo, saco por saco como era costumbre. La cola frente a la tienda se estendió en proporciones, debido a la demora del control físico de las viandas.
Antes de comenzar la venta hubo un murmullo general y protestas por parte de los consumidores, cuando el administrador de la tienda escribió con tiza en la tablilla de información que la papa se vendería a razón de una libra por consumidor. Él exigió de forma rigurosa que los compradores debían presentar su libreta de racionamiento. Todos se miraron. Se había vuelto una costumbre prescindir de esta libreta para comprar papas y venderla sin limitaciones de cantidad. Esta tienda es una de las sobrevivientes de todos los mercaditos del barrio. Hace poco los kioscos particulares que antes vendían viandas, frutas y vegetales, fueron cerrados, luego de permanecer por un periodo de varios meses cerrados por falta de productos.
¡Una libra de papas !. A muchos les pareció ridículo esperar varias horas de cola para llevar, una libra de papas, cantidad ínfima para los grandes vientres. Las protestas y los comentarios se hicieron eco : ¡cojones hasta cuando me van a matar del hambre !. Bueno esa es Juanita, la de la esquina. Mujer de unos 40 años. Pelo rubio y ojos verdes. Alta y gorda. Todos la conocen. Se destaca por sus paradas diarias en la esquina. Su casa es la esquina y su trabajo, es la esquina. No vayan a pensar que no tiene casa . Todo lo contrario. Pero, le gusta la esquina.
¡Hace tres dias que vengo esperando esas papas y ahora una libra ! continuaba ella con su enorme voz de soprano. Pero el presidente del CDR, que también llevaba tres días, según él, utilizó su técnica de “respuesta pasiva” -técnica utilizada por el gobierno para neutralizar los síntomas de malestar y disgusto en la población, empleados retirados y los viejos militantes comunistas que abundan en las colas la utilizan- El presidente hizo su labor, manifestando que algo era mejor que nada, que esto sucedía por ser el primer envío del año y tenían que racionarlo para que alcanzara para todos, que ya era hora de ponerle fin al robo y a la malversación de los empleados estatales sobre los productos que el estado produce con tanto esfuerzo y sacrificio para el pueblo que “trabaja y construye”. Todos aplaudieron y se repusieron en su larga cola. Juanita la de la esquina se fue para su casa con sus 22 libras de papas.