La pasarela cubana

Posted: sábado, 31 de enero de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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La obesidad en Cuba es un estigma de belleza. No significa problemas para la salud corporal, sino, un objeto de estética que todos quisieran tener.
Un gordo en Francia significa mala salud y la estética, en estos momentos, es de 52 kg para cualquier mujer y de 72 kg para el hombre. El gordo sería un ser extraño. Solo eso, un gordo que pasea unos cuantos kilos que le sobran por aquí y por allá. En el país francófono, algunos de estos gordos se cuidan minuciosamente: hospital, consulta de su médico de cabecera y éste le pondrá tratamiento para que rebaje unos cuantos kilos (debe hacer dieta, debe comer esto o lo otro, tomar medicamentos, hacer ejercicios, operaciones o liposucciones...)

No será un gordo anónimo, pero lo tendrá que soportar. Al menos los vecinos no sabrán ni siquiera su nombre. Puede ser alto, bajito, rubio o trigueño. No importa.
En el continente americano es todo lo contrario, sobre todo en Cuba. Un gordo puede pasearse por las aceras y llama mucho la atención, porque a sus kilos de grasa se añaden otros: cadenas, relojes, pulseras y sortijas. Es la otra parte de la moneda. El gordo cubano es único en su género. Es un tipo bonachón, que disfruta del momento. Que expende su alegría a todo el que se le acerca. Es raro que un gordo cubano sea introvertido. La mayoría son dicharacheros, bonachones, abiertos al contacto físico y verbal. Además, como la gordura es expresión de bonanza económica, gustan de recrearse en la contemplación de sí mismo. Por lo que concluimos que el gordo cubano, que no es lo mismo que los cubanos que están gordos, son narcisistas. La obesidad es signo de opulencia. Y la opulencia corporal y monetaria facilita muchas cosas en la Isla.

Juan Carlos, era el flaco que le hacía los mandados a todos los del barrio. Cuando lo conocí, empezaba a trabajar como ayudante de cocina en el hotel "Casa Granda". Para él, el primer reto que tuvo que infrentar fue aumentar de peso, por qué, porque es imposible ser delgado cuando se es pudiente. Y lo primero que hizo fue comer y comprar comida en abundancia, arreglar la casa y comprarse un carro americano. Juan Carlos empezó a vivir para fuera de él, no dentro de él. El crecimiento de todo su ser no sólo fue en el aspecto económico, sino corporal.

Después de un tiempo ya no podía amarrarse los zapatos y apenas caminaba dos minutos y le faltaba el aire. Pero de todos modos él quería vacilar su gordura. Su trabajo le había costado, y su dinero. Seguía vacilando, se reía, te mostraba sus cadenotas, sus pulseras, sus dientes ya eran salpicaduras de oro. En fin tenía de todo a su alcance: sol, playas, mujeres, dinero, fiestas, felicidad, amigos...

Era todo un manantial de riqueza. Un buen día cayó en desgracia, nadie sabía lo que le pasaba al gordo Juan Carlos, estaba triste, no conversaba con nadie y se sentaba todos los días en la esquina a mirar bajar y subir los carros. Empezó a ponerse delgado y caminaba con un bastón. Ya no se le veía con sus cadenotas y solo le quedaba una pequeña reliquia de aquellos tiempos de abundancia. Yo fui el único que pude saber su secreto, una noche cuando yo entraba a mi casa él estaba sentado en la misma esquina de siempre, pero esta vez estaba llorando, para sí mismo, aguantando las lágrimas de rabia e impotencia. Me lo contó todo y hasta yo mismo tuve pena de aquel hombre, al que solo quedaban algunos kilos de aquel pasado. Se palpaba el vientre prominente, con suavidad.

-Al menos logré ser feliz por un tiempo-con estas palabras se despidió de mí. Eran las 2:10 de la noche.

Y también soy cubano

Posted: by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Quien haya viajado a Cuba habrá tenido esa impresión de encantamiento por lo que es una rumba de creatividad y potencia. Cuba lleva cincuenta años convertida en un auténtico invernadero. El tiempo para nosotros los cubanos no existe. No faltan quienes aman esa falta de tiempo, que añoran esa paz y que sacrifican cuanto tienen por vivir en el siglo diecinueve. Conozco más de un europeo, marxista de corazón y fanático revolucionario que odia el progreso, detesta el bullicio, se escandaliza ante aviones supersónicos, milagros cibernéticos de la red, trenes de alta velocidad y túneles de acceso rápido. Y lo primero que hacen al llegar a la isla, es extasiarse frente a la estatua del Che Guevara. Se fascinan también viendo a los señores que duermen una siesta, tranquilos y bostezando. ¡Es surrealismo puro, jamás imaginé que vería eso, es como ver una película en cámara lenta! me dice mi amigo cuando vino de su último viaje. Él es uno de los pensadores franceses que añoran la isla, con sus sueños rosados. Después de dos semanas nos vimos y esta vez me cuenta una pesadilla que tuvo. Lo noté un poco preocupado.




Una pesadilla horrible, en la pesadilla, me siento en la cama y me miro en el espejo y descubro que soy negro. Rápidamente, busco en la mesita de noche, para ver una foto mía, y ¡me sale el mismo color! Es increible-sonríe-después me siento en una silla y... ¡mierda !...¡¡Es una silla de ruedas!! Lo que significa que también soy un discapacitado! Me digo a mi mismo, en voz alta... "Esto es imposible", "pero es la verdad", susurra alguien detrás de mi mientras me acaricia, es mi novio ¡Lo que me faltaba! ¡Soy maricon! Desesperado, empiezo a gritar, a llorar, a tirarme del pelo y.. ¡Oh no! ¡Soy calvo! Suena el teléfono. Es mi hermano:



- ¡Desde que mamá y papá murieron lo único que haces es dormir y quedarte ahí en la cama sin hacer nada todo el día... Búscate un trabajo... el que sea!" - ¿Mamá?... ¿Papá? ¡Nooo! ..¡También soy huérfano! Intento explicar a mi hermano lo difícil que es encontrar un trabajo, el que sea, cuando se es negro, discapacitado, maricón con novio, calvo y huérfano. Pero no lo consigo.



Trastornado, cuelgo el teléfono, y me doy cuenta de que ¡sólo tengo una mano! Con lágrimas en los ojos, me acerco a la ventana a mirar el paisaje. Vivo en una cuartería rodeado de casitas. Siento una puñalada en el pecho.



-¡Ayyy que dolor en el corazón!



-¡Tranquilízate coño que vas a joder el marcapasos! Dice mi novio.



Además de negro, discapacitado, maricón, calvo, huérfano, sin trabajo, manco, vivo en una cuartería... además soy cardíaco... En ese momento se me acerca mi novio y me dice:



- Cariño, ¿Ya te sirvo la comida? Te hice tu comida preferida: Arroz, chícharos y huevo hervido. Y sin saber cómo, escucho mi propia voz que retumba en mi cerebro diciendo: ¡Sí chino lo que tu quieras, sírveme "la jama" que estoy "partío"!



-mierda... no puede ser! También soy cubano!

Hacerse la vista gorda

Posted: martes, 27 de enero de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Hoy no sólo es cuestión de que partimos de una sociedad machista. La mujer ha ocupado un mayor espacio. Si la comparas con las mujeres europeas : atractivas, modernas, es decir : mujer que trabaja fuera de casa y que es liberal sexualmente hablando. Los estereotipos nacionales tienden a reducirse notablemente. Las europeas, según estudios, buscan más la ternura de su pareja, y son mujeres que no tienen miedo a afrontar al mismo tiempo una vida familiar y una carrera profesional.
¿Y cuál es la imagen de la mujer francesa en Europa? la más elegante y la más culta, sentido del humor, de su poder de atracción y de su ternura. Y sobre todo con el amor no se juega.

Pero las cubanas son más libres, más firmes en su decisión, más independientes y menos sumisas, según el último estudio realizado en la isla. Hace tiempo que conozco a María y de ella quiero hablar


Antonio crió a su hija con un rigor de convento. No le permitió nunca decir obcenidades, le prohibió jugar con varones, argumentando que entre niños, una niña no puede jugar. María creció como bajo una campana de cristal.
Antonio siempre le explicaba que la mujer tenía que trabajar para ser independiente y para que ningún hombre la mandara. La educación de su hija era muy diferente al machismo que reinaba Nunca tuvo conversaciones de doble sentido delante de ella. No admitió que nadie se propasara. Ella vivía segura de que su padre sería capaz de matar por defenderla : si algún día un hombre te mantiene como una esclava o te maltrata, juro por Dios que lo mato.
Para ella, su padre, era el hombre más justo, más inteligente, y más fuerte de cuantos conociera. Por eso su esposo tenía que ser perfecto, y un día lo encontró.

José era el hombre perfecto. Se vieron y fue amor a primera vista. Tres meses después se casaron.

La perfección empezó con las comidas diarias. Pues no solo tenían que estar a tiempo: tenían que ser perfectas, tenían que ser justo lo que José quería comer. El llegaba del trabajo y se sentaba a la mesa con el periódico en la mano y ni siquiera levantaba la vista: ¿ya está la comida?. Ella ya sabía que no podía ser cualquier comida, sino justo lo que él quería y sin fallos: que la carne no supiera a carne, que el pescado no supiera a pescado, que el macho no supiera a macho, que el pollo no supiera a plumas.

Si algo olía fuera de lo común, era suficiente para que apartara el plato en la mesa diciendo: Esta cosa está hecha sin amor. Alguna vez probó apenas una sopa, y la devolvió con una sola frase: Esta mierda sabe a colcha de trapear. Ella como se sorprendió, porque nadie sabía de alguien que se hubiera bebido una colcha de trapear hervida, pero cuando probó la sopa tratando de entender, entendió: sabía a colcha.

María lo quería mucho pero sentía que su hombre perfecto la trataba como una esclava. Dejó que el agua calmara el sofoco. Pero un día, ella, trémula, se acercó a su padre, temiendo éste reaccionara violentamente contra su amor, le contó lo que estaba pasando, pero con mucha calma y bastantes adornos. Antonio sintió que las venas de las sienes le latían fuertemente, las manos se le crisparon sobre los pantalones, una mejilla se le movía involuntariamente. Al fin dijo:

- Hija, ese hombre es quien te da de comer y te mantiene con tus caprichos y a veces hay que hacerse él de la vista gorda.

Le tren de Kafka

Posted: viernes, 16 de enero de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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En la isla, la gente se queja de lo malo que está el transporte, pero, si lo comparamos digamos con el metro de París, el transporte ¿es bueno o malo?. Todo depende con lo que se compare, un carro es rápido si lo comparamos con un peatón, pero si lo comparamos con un avión, el carro es una tortuga, y si el avión lo comparamos con una nave espacial, la tortuga es el avión. Todo es muy relativo.
En los pueblos existen autobuses, pero la gente con su teoría de “taxi-metro” al servicio y a cualquier hora, te dice que son muy inestables, y si funcionan, se debe a la inventiva de los choferes.
Existen también los famosos "amarillos", son inspectores del Estado, que están en las calles y carreteras parando todo tipo de medios de locomoción, para que la gente que quiere ir a un lugar y no tiene guagua ni carro, suba y aproveche para ir o acercarse al lugar deseado, luego de pagar un determinado e ínfimo importe al funcionario del Estado, el "amarillo".
El tren es el otro transporte que te puede llevar a la Ciudad Habana o otras provincias para muchos : es sinónimo de disgusto, agotamiento, fatiga e impotencia.
Viajar en un tren constituye una experiencia muy grande y agradable para la persona que quiera, si está deseosa del contacto directo con el mundo cubano, porque un tren es la suma de todos los mundos guardados en su interior. Es uno de los pocos sitios donde no existe diferencia de clases.
Me vi innumerables veces viajando en "el tren francés", el solo tren especial que te puede llevar en un corto tiempo de una parte de la isla a otra. Hay mucha gente que lo espera y cuando viene, corre como abejas al panal, solo caben 68 personas dentro de un coche, pero a nadie le importa. es la ley del más fuerte, a lo sálvese quien pueda.
Una tarde tenía un viaje para la Habana, asunto de trabajo. Empezó todo bien : una muchacha con tres cajones y dos maletas, casi cae al suelo porque el maquinista arrancaba sin darse cuenta. Según escuché, el maquinista quería demostrar que su equipo de pelota, "Industriales", podía competir a nivel internacional con los profesionales : ¡son los mejores del mundo cojonesss ! gritó poniendo la máquina en marcha. Salimos a buena hora 19:15.
Coche 15; Asiento23 ventana (lejos del baño)
Buena suerte. Todo el mundo conoce que las ventanillas son muy importantes :
- para que la gente disfrute el panorama exterior
- para renovar el aire cuando es asfixiante
- para burlarse de la gente que no puede abordar el tren en determinada estación.
Otra buena suerte, lejos del baño, porque algunos ya tenían enormes agujeros en el piso que mantenían en contacto al viajero con la tierra.
Veía a dos enamorados del tren que se besaban en la entrada del baño, con las puertas abiertas dejando escapar el aliento del verano. En la noche por fin cuando nadie los miraban empezaron a hacer el amor de pie.
Hora 22:54
Un hombre me despertaba con unos ronquidos que llegaban al otro coche. A mi lado estaba la mujer de los cartones, que de saberlo, hubiera rezado para que el tren la dejara. En los cajones había pescados moribundos y café. El olor era practicamente irreal y para el colmo la ventanilla no quería abrirse.
-no lo siga intentando, con la nueva ley bloquearon las ventanillas para que no robaran, por eso el aire acondicionado-me decía la mujer con una sonrisa de complicidad.
Y era cierto, una pequeña pantalla marcaba la temperatura
Temp interior 9°
Temp exterior 29°
Hora 09:36
El tren llegaba a Villa Clara. Nunca me bajo en las terminales y no me separo del espacio dedicado al equipaje para evitar que me lo roben. Durante todo el dia, era un desfile : los necesitados; los muchachos de las rifas; los testigos de Jehová; el que recolectaba botellas vacias; el que te vendía el mejor anillo o cadena de oro quemado; y los falsos religiosos que te leían el destino con una sola mirada y con un -¡dame 10 pesos!.
Hora 19:15
-Como es de bueno y noble este tren Francés- me decía una señora mayor- quieren acabar con él, hace 4 años y todavía no lo logran. Es el tren de kafka.- se reía con su doble intención.
Pensándolo bien es verdad, pero sigo pensando que los cubanos se quejan mucho y todo puede ser relativo.
¡Al fin llegué!
Señores pasajeros, el tren especial Francés hace su entrada a la Ciudad La Habana. Les damos la bienvenida y esperamos...
Messieurs les passagers, le train spécial Français fait son entrée à la Ville de La Havane, la capitale de tous les Cubains. Nous vous souhaitons la bienvenue et espérons...

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