La metamorfosis

Posted: sábado, 21 de noviembre de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Fermín trabajaba como portero desde hacía 10 años en el Museo Nacional de Historia de Cuba. A pesar de todo, nunca había puesto un pie dentro del museo. Un día fue convocado a la oficina del director. Historia de promoción, según decía la carta. Ese día atravezó los mil y tantos metros cuadrados del museo.
El espacio estaba ocupado por hombres que jamás habían salido al exterior y Fermín se sintió extraño al ver a sus desconocidos compañeros de trabajo. De hecho tuvo que pagar la entrada pues no lo conocían a él tampoco, aplicando el reglamento al pie de la letra:"Todo objeto animado o inanimado, animales, plantas y hombres, que no pertenezca a la plantilla interior, debe pagar...". Caminando se cruzó con hombres de expresiones glaciales y que parececían ignorar toda idea de simpatía o de humanidad. Más bien la rabia parecía dominarlos. Dos hombres abrieron una puerta y se dirigieron hacia Fermín. Caminaban pegaditos y silenciosos. Fermín sintió un tembleque apoderársele del cuerpo y acto seguido sacó un cigarro, pidió fuego. Ninguno de los dos hombres se detuvo. Fermín siguío caminando asustado. Se dió cuenta de que ninguna de las personas con las que se cruzaba, parecía fijarse en él. Ni siquiera lo miraban. Concentrados en enormes y gigantescas pilas de papeles, no querían, ni parecían querer ocuparse de nadie ni de otra cosa. Fermín se detuvo con el cigarro en la mano y se sentó en una mesa en el medio de la sala. Ya era obvio que nadie lo había notado. Y en realidad, nadie notaba a nadie. Para estar seguro, cogió una carpeta y la ripió en pedazos, pero nadie, nadie lo miró. Ahora sí estaba seguro de que nadie le iba a prestar la menor atención.¨Pues se sentó en una silla. Sentía que había caminado toda la vida. Estaba cansado. Por curiosidad, abrió una de las gavetas de la mesa de trabajo y asombrado se percató de que había miles de hojas de color verde. Era el primer color que veía desde que había entrado al museo. Hojas verdes y vacías. En otra carpeta había una "carta tipo" de interés comercial. Sin destinatario alguno. Empezó a preguntarse si podría copiar la "carta tipo" en las hojas verdes, así tendría color el museo. Miró para los lados y como nadie lo determinaba, empezó a copiar a golpes de máquina de escribir.

Adán y Eva

Posted: jueves, 5 de noviembre de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Antonio y Reinasofía se preparaban para el invierno. Ese fue el deseo pedido por ambos a San Lázaro, el año pasado en la fiesta. Años de discusiones quedaban atrás con el nuevo cumplido. El calor eterno les era insoportable. Sobre todo, cuando tenían que aguantar durante los 365 días del año, los mismos shores y puloveres. Sin hablar del sol, caliente y torturante del mediodía.
Antonio, sabiendo que le quedaban 6 horas para ver la nieve, empezó a intranquilizarse, pues se percató que no tenían ropas para soportar los 3° de invierno y que la casa no estaba diseñada para tal temperatura.
-Tú sabías muy bien que todo tenía que estar listo para mañana y ahora no creo que en 6 horas puedas arreglar el mundo, decía su mujer mal humorada, debí encargarme yo misma. No sirves para nada.
Antonio no dijo nada. Se quedó pensando en la nueva solución. Y si le pido a Changó, dios del trueno, que me dé una casa con ropas. Pero esa idea la apartó, pues el día de Changó había pasado. No les quedaba más remedio que esperar el invierno con sábanas. Comenzó a tapar todos los huecos de la casa, a clausurar la ventana, y a calentar dos tanques de agua para que el vapor subiera.
Radio Reloj anunciaba un cambio brusco de temperatura, cosa inusual en Cuba. "Esta mañana, será las más fría de todos los años, jamás visto... el centro de meteorología anuncia 3° de temperatura en la isla... Radio Reloj, tac, tac, tac, tac, tac, 8:00 de la mañana..."
Todo cambió: el aire era cada vez más frío, el cielo cada vez más gris y la noción del tiempo ni hablar. Parecía que nada pasaba. La idea fija de ambos era cómo hacer para crear un incidente dentro de ese nuevo mundo oscuro y por supuesto qué acto elegir. Con los 3° de temperatura no se puede salir, no se puede jugar dominó en la esquina, no se puede estar en el brete y tenían que permanecer las 24 horas encerrados. Ya se les hacía difícil la vida al cotidiano.
Reinasofía fue la primera que empezó el escándalo, tirándose al piso y gritando que se iba a dar candela, pero su escándalo no tuvo repercusión. Entonces Antonio empezó a poner fuego a los muebles con agresividad, pero el humo los obligó a abrir la ventana y dejar pasar el frío. Reinasofía sugirió que sería mejor tirarse por la ventana, pero la idea la recogió enseguida, pues su cabeza no pasaba por la ventana. Y si salgo desnudo a la calle, dijo Antonio, pero también retiró la idea de la mente, pues sería un suicidio seguro con este frío.
Más tarde, se quedaron sentados en el piso, como anestesiados. Parecían muebles, parecían sombras. A partir de ese momento empezaron a aceptar la idea de que Adán y Eva eran personajes del paraíso y por supuesto el paraíso se encontraba en el trópico.

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