Mi destino preferido 5
Posted: domingo, 22 de marzo de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Mi destino preferido
0
Bueno. Hacía unos meses que Roberto del Monte había decidido escribir una carta a la administración. Solicitando una misión internacionalista. No le dijo nada a su madre, ni a la familia. Los conocía de antemano. Y cuando recibío la respuesta, su cara cambió. Por eso se levantó hoy mirando por la ventana. No sabía como decirlo en la casa, y si sería bueno o malo para su madre. Como ya todos saben, no se sabe lo que pensaba. A decir verdad, la idea de irse unos meses para un país de Latinoamerica le era atractiva.
Debido al sistema de atribución de misiones en el Centro General de la Salud, siempre había una gran movilidad y bastantes posibilidades. La duración de cada misión depende de diferentes criterios: las condiciones del país, la seguridad, ect... Roberto del Monte quería unos meses. La lista era larga. Era la primera oportunidad de trabajar fuera del país. Después de 32 años en la isla.
La idea de un país, al cual no conocía lo tenía en un sueño. Todo diferente. Dos culturas, dos mundos, música, mujeres, historias, costumbres, temperaturas, enfermedades, sistema político, violencia, hambre. De pronto cayó en la cuenta de que no sabía adónde iba (Brasil, Bolivia, Salvador, Venezuela, Guatemala, Nicaragua... la lista era larga)
Enrique, secretario del PCC en el hospital, lo recibió con una gran sonrisa y unas palmaditas en la espalda. “Se va para la República Bolivariana de Venezuela, compañero Roberto” le dijo sin invitarlo a sentarse. Le entrgó un sobre con algunas indicaciones para los trámites. Y empezó todo un discurso lleno de recomendaciones e informaciones de inrerés:
“con más de 25 millones de habitantes, nuestro hermano país, está atravesando un período glorioso en la historia revolucionaria de los pueblos latinoamericanos. Este hermano país como otros más que ya conoces ha arrancado de su alma, las cadenas del imperialismo. Razón tenía nuestro Comandante en decir que el futuro esta en nuestras manos. Así los hermanos de otros paises están avanzando a paso de gigante hacia el futuro revolucionario. Los médicos cubanos-en el caso de Roberto del Monte- forman parte de esa tarea revolucionaria, con su ayuda internacionalista y solidaria...” Roberto no se daba cuenta del tiempo que pasaba. Tenía que empezar a trabajar. Después de una hora y diez minutos el compañero Enrique lo miró fijamente diciéndole – Sabemos compañero Roberto que existen muchas tentaciones del otro lado, por parte de aquellos gusanos que no vale la pena mencionar. También estamos convencidos, que usted compañero Roberto, va a repudiar todas las agresiones por parte de los enemigos. Va a hacer todo lo posible por señalarnos con lujo de detalles los comportamientos impropios contra nuestra ideología. Usted es un excelente médico. Lo hemos seguido a lo largo de estos tres años. Nosotros hicimos lo máximo por atribuirle esta misión tan delicada. Nuestro partido, al cual debería ya integrarse porque potencial tiene, estará muy orgulloso de verlo partir y de verlo regresar...(continuará)
Debido al sistema de atribución de misiones en el Centro General de la Salud, siempre había una gran movilidad y bastantes posibilidades. La duración de cada misión depende de diferentes criterios: las condiciones del país, la seguridad, ect... Roberto del Monte quería unos meses. La lista era larga. Era la primera oportunidad de trabajar fuera del país. Después de 32 años en la isla.
La idea de un país, al cual no conocía lo tenía en un sueño. Todo diferente. Dos culturas, dos mundos, música, mujeres, historias, costumbres, temperaturas, enfermedades, sistema político, violencia, hambre. De pronto cayó en la cuenta de que no sabía adónde iba (Brasil, Bolivia, Salvador, Venezuela, Guatemala, Nicaragua... la lista era larga)
Enrique, secretario del PCC en el hospital, lo recibió con una gran sonrisa y unas palmaditas en la espalda. “Se va para la República Bolivariana de Venezuela, compañero Roberto” le dijo sin invitarlo a sentarse. Le entrgó un sobre con algunas indicaciones para los trámites. Y empezó todo un discurso lleno de recomendaciones e informaciones de inrerés:
“con más de 25 millones de habitantes, nuestro hermano país, está atravesando un período glorioso en la historia revolucionaria de los pueblos latinoamericanos. Este hermano país como otros más que ya conoces ha arrancado de su alma, las cadenas del imperialismo. Razón tenía nuestro Comandante en decir que el futuro esta en nuestras manos. Así los hermanos de otros paises están avanzando a paso de gigante hacia el futuro revolucionario. Los médicos cubanos-en el caso de Roberto del Monte- forman parte de esa tarea revolucionaria, con su ayuda internacionalista y solidaria...” Roberto no se daba cuenta del tiempo que pasaba. Tenía que empezar a trabajar. Después de una hora y diez minutos el compañero Enrique lo miró fijamente diciéndole – Sabemos compañero Roberto que existen muchas tentaciones del otro lado, por parte de aquellos gusanos que no vale la pena mencionar. También estamos convencidos, que usted compañero Roberto, va a repudiar todas las agresiones por parte de los enemigos. Va a hacer todo lo posible por señalarnos con lujo de detalles los comportamientos impropios contra nuestra ideología. Usted es un excelente médico. Lo hemos seguido a lo largo de estos tres años. Nosotros hicimos lo máximo por atribuirle esta misión tan delicada. Nuestro partido, al cual debería ya integrarse porque potencial tiene, estará muy orgulloso de verlo partir y de verlo regresar...(continuará)