Casados

Posted: miércoles, 29 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Historia real o ficción pueden pasar en cualquier momento en la isla de Cuba. Las cosa que dejé en Cuba, siguen pasando con el mismo espíritu de siempre. Quedaremos condenados a seguir pa’lante.
Antonio, francés de 32 años viajó a Cuba y se enamoró. Mariza de Céspedes y de Castilla, 28 años, soltera y sin hijos vivía con sus padres como era la tradición. Todos bajo el mismo techo(hasta que la muerte nos separe). Dos años de encuentros fueron suficientes para que Antonio se decidiera a casarse. La distancia era insoportable. Llegó el día. Hacía un calor insoportable. Santiago de Cuba, 39°, las 3 de la tarde y eran las 3 y media. Toda la familia estaba reunida. Antonio, que ya conocía el 50 porciento de los problemas burocráticos de la isla era incapaz de controlar su inquietud. Empezó a desilar su corbata. Sentía un calor sofocante.Y el notario que no llegaba.
-Si el hijo de puta del notario no viene esto se va pa’la pinga –susurra el padre de la novia a su mujer.
Contrario a la informalidad de muchos cubanos, los novios, los padres de la novia, los testigos y los invitados, llegaron puntuales a la notaría. Sólo faltaron los padres del novio, Francia.
-El notario vive en Chicharrones y a lo mejor no pudo coger la guagua –comentó un testigo, para calmar el ambiente.
-A lo mejor viene en bicicleta y de allá a aquí hay como veinte kilómetros. Esperemos un poquito más.
Antonio está tenso. Se va a levantar y la novia lo ataja. Lo atornilla a la silla con palabras muy dulces, como de miel.
-No te inquietes, mi amorcito. Ya sabes que estas cosas pasan aquí. ¿De verdad me quieres? ¿Me llevarás a conocer la Torre Eiffel? Nos pasearemos por la calle de Alcalá cogiditos de las manos, ¿verdad? Acuérdate que me prometiste llevarme a esa tienda enorme que se llama… que se llama… no recuerdo bien, algo así como el Carafure…
-Carrefour, mon amour. Claro, mi vida, lo que me desespera es esta estúpida espera. Je suis au point de me casser d’ici d'envoyer tout ça à la merde.
- No, señor. ¡Por nada del mundo! Mi hija se va a casar porque no es una cualquiera. Por favor, espere un poquito más –contestó la madre, que a pesar de no entender el idioma se la olió.
Y del notario, ni la sombra. José Manuel de Céspedes, el padre, se fue a la esquina a tomar un poco de ron, y no escuchó los gritos de alegría cuando al fin apareció el notario, disculpándose por la pequeña demora. Y ya posesionado de su puesto de mando, el hombre pasó lista a los convocados cual si fuera un jefe de pelotón.
-Testigos; amigos; padrinos; madre; José Manuel de Céspedes, José Manuel de Céspedes ¿no se encuentra José Manuel de Céspedes?
-¿Dónde pinga está metido tu padre?- gritó Antonio, al buen cubano.
José Manuel de Céspedes, que ya regresaba sin saber que el notario ya estaba en su mesa, apretó el paso al ver a su esposa, con la cara de diablo y con el pensamiento escrito(hijo de la gran puta, coño tu madre)
- ¡Desgraciao! ¿Dónde cojones te metiste? Al novio lo tenemos aguantao. ¡Si se levanta y se va se fue pa’la pinga todo esto y horvoir France!-se quedó sorprendida de lo rápido que va aprendiendo el Francés.
José Manuel de Céspedes estampó su firma en la casilla que no le correspondía. ¿Habría que hacer los papeles de nuevo? ¿Volver la semana siguiente, o mañana? Era lo peor que podía ocurrir. El vuelo Habana-Paris estaba fijado para las 11 y 10 del día siguiente.
Sofía de Castilla casi se desmaya. A la novia se le aflojaron las piernas. El novio no comprendía el nuevo contratiempo. Se instaló en el salón un silencio de sepulcro que rompió José Manuel de Céspedes encojonado.
-Doctor, los novios se van para la “Torre ifiele” esta noche, ¿cree usted que pueda hacer algo para subsanar el error? –lo miró con malicia. -Dé por seguro que se lo agradeceremos mucho.
-No se preocupe, de Céspedes, lo de la equivocación lo resuelvo con una nota al margen con mi firma y el cuño de la notaría.
Todos recobraron la respiración y la alegría.
- ¡Al fin casada! ¡Y bien casada! Ya salimos de ella. Antonio es una joya. Mariza y él nos ayudarán desde “franco”.
-Desde Francia Sofía, desde Francia
-eso mismo, que la Virgen de la Caridad del Cobre les dé mucha suerte y salud –murmuró al oído del marido.
José Manuel de Céspedes puso un billete de 20 CUC en el bolsillo del funcionario público, mientras se decía; “¡Al fin salimos de esto!" Luego, en el aeropuerto, se reunió otra vez con los novios a despedirlos, entre lágrimas y suspiros. En el último abrazo Sofía de Castilla tuvo tiempo de decirle a la hija:
-No te olvides que tu padre calza el 47 y tu hermanito el 24. Tu abuela la pobre consíguele las pastillas para cagar y un ventilador. Para mí aquella blusa y la cartera con perlitas que vimos en el anuncio de “carefole”. ¡Ah, y los "fulas", digo, los euros para arreglar la casa y comprar el televisor, el frío, la nueva cocina, el DVD! Bueno, mi'jita, tú llevas la lista. ¡Buen Viaje y que Dios los acompañe!

Claro-oscuro tirando a negro

Posted: by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Estas palabras son textuales de una conversación que tuve con Rolando, un amigo. Él jura que esta historia se la contó otro amigo, es decir una tercera persona, la cual no sé quién es. Por supuesto los chismes son así. Claroscuros, tirando a negro. El caso es el siguiente: en un solar de La Habana, capital de todos los cubanismos, donde jamás ha entrado el olor a rosas, ríos, montañas ni muchas otras cosas que representan el campo, sucedío la historia.
Sergio acababa de llegar de Santiago de Cuba. En el solar era uno más de la larga lista. Llegó a la capital con el espíritu de hacerse un sitio en la gran economía cubana. Una semana le fue suficiente para que de pronto se viera favorecido por la presencia de una joven mujer, cuyo mayor atractivo eran un par de rizos que revoleteaban sobre un cuello delicado. Era toda una belleza con acento de feminidad y delicadeza.
Sergio, macho y guerrero, con una larga experiencia del sexo femenino, se imaginaba ya los pormenores propios del sexo. Aunque justo es decir (según mi amigo) que a veces, sobre su perfume que usaba, se percibía un cierto tufo a sudor de potra desbocada. Pero para Sergio eran simples códigos repentinos y fugaces reprimidos tras una larga espera de calor humano. Es decir en celo, para que puedan entender (palabras mías).
Con un cálculo frío y en pocas horas, se trasladaron al primer piso y único de aquel solar. Cuarto número 22. Donde la ausencia de iluminación favorecía sus ansias. En el fragor de la calentura Sergio metió la mano bajo la saya y, para desconcierto suyo, se encontró con el “fenómeno”. ¡Quién iba a decirlo!
La reacción fue de ira ante lo que consideraba una burla y una estafa. La falsa mujer de cabellos rubios y aroma de potra, cayó al suelo y desde allí, con los labios sangrantes, suplicaba y gemía. Sergio se conmovió…. y la perdonó.
La muchacha resultó ser un trabajador del zoológico. El hombre alimentaba a las fieras más peligrosas como: mariposas, colibrís, león y algunos locos que se quedaban a dormir. Rogelio del Monte le cambiaría el destino del advenedizo. Lo incluyó en su libreta de racionamiento y en el registro de vecinos, otorgándole así residencia legal en la capital. Le facilitó el amparo y la anuencia del CDR. Así pues, la estrella de la suerte de Sergio aparecía en la persona de aquel cubano “luchador” y “buscavida” . Dicen que viven felices, y la mutua comprensión sólo se eclipsa por los celos excesivos de Sergio quien, entre otras cosas, le prohibió a Rogelio del Monte, dar de comer a los últimos de su larga lista, el hombre.
¡Quién iba a decirlo! Nadie se explicaba cómo Sergio, siempre alegre, parrandero, macho, pudo haberse desviado por tal camino. ¡Quién iba a decirlo! Fueron las palabras de Rolando cuando colgué el teléfono.
Dos semanas despúes me vino a la mente la historia. Todavía no sabía por qué mi amigo se tomó tanto esmero en contarme ese cuento.
Hoy recibí una carta de otro amigo, contándome entre otras cosas el éxito que tiene Rolando en la capital. Dice que todo le va de maravillas.
¿Rolando en la capital?

De Alto Cedro a la batalla de ideas

Posted: domingo, 26 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: ,
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Malvina, joven alta y flexible, es la hija de nuestro presidente de los CDR.
Pese a su infancia prendida al patio de gallinas, los bueyes que atravesaban surcos, los grandes matorrales en el camino para ir a la escuela, siempre soñó en grande. Quería ser como esas modelos que estaban en París, que salían en la revista Vogue, que arrastraban sus tacones de fortuna. Soñaba con entrar a un rascacielos de Manhattan, o vivir en una casa al lado de las olas del mar.
Pero nació en Alto Cedro, donde la tierra negra y los cafetales se funden con el cielo en un horizonte que termina en la escuela, el título colgado a una pared, los hijos, las reuniones, los chismes de pueblo chiquito infierno grande, y a morir la vida.
Su madre vivía con las cinco hijas, Malvina hija de nuestro presidente y las otras de Romualdo Montero, tractorista de una granja estatal, más pobre que una rata, bebedor y pendenciero.
Malvina sólo alcanzó a ser la modelo de Alto Cedro, la rubia esplendorosa que arrancaba el rubor a los arrieros, los cultivadores de café, y a cuanto profesional mataba el tedio y la mediocridad besándola con los ojos entre los cafetales.
Hace más de tres años que vive en Santiago de Cuba. Y tres meses que vive con su padre, nuestro presidente de los CDR. El caso es que en vez de modelo se convirtió en propiedad de Rey, un hijo de Juanita la de la esquina. Chulo de profesión que la hizo jinetera de moda en los hoteles y parques de la ciudad.
Sus ojos pasaron del verde al negro en no pocas ocasiones apagada por el puño celoso de su dueño cuando la encontraba hablando con cubanos. Españoles, franceses, suizos, italianos, chinos fueron arrancando uno a uno sus sueños. Su padre no la quería ver en eso primeros años, pero si podía comerse la carne que ella dejaba.
Ahora vive con su padre, ajada como un papel. Obesa, ronca y despintada sin el fino glamour de una gorda de Fernando Botero, la belleza de Alto Cedro. Se dedica a ayudar a las tareas del CDR. En estos días, me cuenta mi abuela que le dieron un reconocimiento con medallas y toda la pompa por su labor en la cuadra, y que su discurso(parecido al del padre)fue sacado por el periódico Sierra Maestra.
" Queridos compañeros. Una parte de los conceptos que voy a expresar hoy han sido dichos; algunos se han desarrollado más en medio de la lucha; otros se refieren a las metas alcanzadas; otros son reflexiones. Un día como hoy, en que ustedes me condecoran, trataré de explicarles cómo y por qué es un día muy especial para todos nosotros. Lamentablemente la responsabilidad que cayó sobre mí a lo largo de este intenso y difícil proceso revolucionario, y de modo particular mi relación con la Batalla de Ideas, me obligan a referirme a discursos, reflexiones y conceptos propios, lo cual no me agrada, y pido por ello de antemano excusas. Siempre he pensado que las ideas no giran en torno a los hombres públicos, son estos quienes deben girar en torno a las ideas..."


Como las cosas cambian.

El arte de picar

Posted: viernes, 24 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Juanita la de la esquina era una fumadora en potencia. Esa terrible enfermedad la arrastraba a comprar dos paquetes diarios, de las que sólo podía fumar una caja de cigarros. La otra caja se la fumaban sus vecinos, compañeros de trabajo ambulantes, el carnicero, la vendedora del pan y otros. Todos estos amigos son conocidos por “picadores”.
-Préstame uno que cuando compre te lo devuelvo. Tú no tienes un cigarro, que se me quedó el paquete en la casa. Me puedes dar 50 centavos para completar dos cigarros. No fumes delante de mí que estoy dejando el cigarro, pero me puedes dar uno.
Son frases clásicas que identifican “el arte de picar”. Calcula Juanita la de la esquina que 20 cigarrillos diarios que le “picaban” sumaban 7 mil 300 anuales; período en el que convertía unos 14 mil pesos en humo y colilla.
Hubo etapas en las que se engañaba a sí misma. Compraba tabacos, los cortaba en dos o tres trozos, y cabo a cabo se los iba fumando al despertar, después de desayunar, almorzar, comer, merendar y antes de acostarse. Asimilándolo como un deleite más que un hábito. Ignoraba que, aunque no inhalara el humo total y directamente por la faringe, la nicotina le penetraba por la lengua hasta el torrente sanguíneo.
Asegura que por una parte los cigarrillos caseros, conocidos como tupamaros, inundan el mercado, y por la otra, es imposible echar una bocanada de los tabacos de a peso sin lamentarse de su mala calidad. Con un gusto tan amargo como si se tratara de hoja del plátano torcida y apagándose sucesivamente. Otras veces te encuentras con una puntilla, un pedazo de cable, una presilla metálica para papel y demás componentes muy ajenos a la picadura.
“Una vez –comenta Juanita- se me apagaba y se me apagaba la breva. Me percaté de que en la ceniza había algo duro. Con la ayuda de una pinza extraje de su interior un trozo de zíper de la portañuela de un pantalón”.

La verdad es que nadie podía separar a Juanita de la fuma desenfrenada, ni su esposo, ni sus hijos, ni el médico, ni siquiera la acción depredadora de los picadores que se contaban por decenas. Si bien los estimaba en el plano personal, calificaba esas pedigüeñerías como otro vicio semejante al de fumar. Había “amigos de lucha” que suplicaban un cigarrillo teniendo en el bolsillo, y pedían fuego para reservar fósforos o economizar gas y piedra de la fosforera. “Algún día hablaré de esta gente ”.
Hace ya dos meses sufrió un infarto. Dejó el cigarro y los tupas: “Me salvé en tablita, los que se jodieron fueron los picadores”

Clandestino

Posted: domingo, 19 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Había una vez, un hombre que nació y se crió en La Isla de La juventud (parte de la Republica de Cuba situada al sur de su geografía) tubo la posibilidad de estudiar, para hacerse una persona de bien, reconocido y respetado por amigos y familiares. Deseaba serle útil a la sociedad tal como correspondía en esa época en que los jóvenes se movían para contingentes de la agricultura, la construcción y la inductria. Eran los hombres nuevos. Llenos de capital humano y excelencia.
Este hombre, que le llamaré Antonio Fuentes, logró conseguir su propósito. Se graduó como mejor estudiantes. Penetró en la sociedad laboral, con categoría de técnico medio. Pasado en tiempo fue viendo como sus sueños se fueron desvaneciendo. Incapacidad, cumplir, corrección y calidad fueron las palabras que le sonaban en la cabeza. Su insuficiente salario y sus múltiples aspiraciones e ilusiones se le quedaban en la mesa a la hora de comer.
Pero seguía increíblemente su labor: superación personal, emulación socialista, metas cumplidas y sobrecumplidas, normas alcanzadas, estimulo en CUC, la jabita con aseo personal y las promesas gubernamentales de que con mayor esfuerzo y sacrificio, con más trabajo y ahorro, alcanzaría el soñado bienestar. Todo lo que intentó dentro de los parámetros legales, fue en vano.
Agotado, decidió probar de otra manera fuera del control y la promesa estatal. Por ese camino casi de inmediato, verificó la mejoría económica y el favorable cambio de aspecto de si mismo, su familia y su medio. Adquirió, una confianza progresiva incrementando las negociaciones, el intercambio y la competencia y con ellas, se globalizó, extendiéndose fuera de su barriada, transformándose sin notarlo, en un empresario competente, adicto a las ilegalidades, ganando fuerza por días en su gestión dentro de ellas.
Entró en el discurso político:obrero ejemplar y luego joven comunista, posición que le sirvió para salvarse varias veces de la confiscación de sus bienes y la prisión. Pero ya sucumbían gastados, tanto el carné de militante, como los argumentos y la entrega política, quedándose sin otra opción según sus propias palabras que ¨¨salir echando¨¨, dejarlo todo atrás: hijo, esposa, amigos. Fue así que migró precipitadamente de su tierra natal, para eludir el peligro de aquella sanción mayor, que ya se veía venir.
Un buen día sin pensarlo dos veces, subió a una embarcación en la isla-país y luego de dos horas de travesía, se bajó en Cuba, comenzando su nueva aventura de inmigrante ilegal dentro de la patria. Este estatus que no alcanzó mantener oculto por mucho tiempo, provocó nuevamente que fuera conducido con regularidad, a diversas estaciones de policías y poco después, lo trasladaban deportado para su país, la amada Isla De La Juventud. Fueron muchas veces, pero Antonio Fuentes seguía. La metamorfosis que sufría era obligada. Se sentía acorralado entre dos aguas. Tanto en La Habana Cuba, como en La Isla de la juventud, era declarado persona no grata e impulsado a vivir en la diáspora y todo, por cumplir sus sueños como en cualquier parte del mundo. Por eso no entendía con claridad su situación.
Primero, en su país de origen, viéndose apretado de dinero y su familia con dificultades para sobrevivir, abandona el trabajo arriesgándose a comercializar: vendió guayabas, aguacates, viandas, frutas. El negocio lo llevó a mayor escala cuando observó que era provechoso. Si hubiera sido posible tener un negocio y pagar una licencia, todo hubiese sido diferente, pero esa posibilidad dentro de la ley no existía. Luego fue detenido, le aplicaron varias multas, hasta que sin salida, se vio precisado a escapar hacia el exilio en una embarcación.
Ya en Cuba, intentó varios oficios entre ellos la carpintería. Le iba bien, incluso, pensó comprar un cuarto, traer a su hijo con él y hacerlo ciudadano cubano. Pero la madera conque hacía los muebles no la vende el estado y por andar con un bulto de tablas encima sin precisar la procedencia, fue capturado y comprobada de paso, su otra ilegalidad. La de ser extranjero y andar indocumentado en su propio país. De ahí en adelante no respiró más, escondiéndose, evadiendo, sobornando a sus adversarios cuando era detectado.
Dejó la carpintería presionado por la vigilancia del CDR y la policia. Se entremezcló en negocios de “más envergadura”, haciendo vida nocturna para desaparecer su imagen ante los perseguidores. Los ingresos aumentaron en la misma medida que la categoría de la ilegalidad. Vivía alquilado por 50 CUC y portaba un teléfono celular con el cual se comunicaba para sus evoluciones, se vestía bien y podía mandar su remesa familiar, siempre, “trabajando” en las sombras. Pero al que velan no escapa. Fue localizado de nuevo y obligado a dirimir su problema otra vez, con el CUC.
Tenía que quitarse ese lastre de “sin papeles” y “busca vida”. Fue entonces que “alumbrado” por otros “colegas sin papeles”, encontró la vía, la persona ideal y por 150 CUC que colmaron la billetera del funcionario publico adecuado, compró su libertad y con ella, se hacia portador del indispensable carné de identidad con dirección de su nuevo país. !Al fin, era ciudadano cubano¡ y podría pertenecer al CDR. Terminaron las angustias, los acosos, las deportaciones, porque de paso, con unos pesos adicionales le dejaron limpios los antecedentes penales. En cuanto entrara en dinero vendría el próximo escalón: Adquirir una plaza de administrador, carnicero, o taxista. Pero estas eran palabras para empeños mayores.
Por el momento, se investía con la categoría de desocupado legal, o trabajador informal. Había dejado de ser un peligroso, un vago, o un antisocial extranjero, con múltiples deportaciones por negocios ilícitos, e indocumentado. No seria detenido ni conducido mas porque ya estaba trasformado en un cubano libre, el hombre nuevo, digno de vivir en el primer país socialista de America Latina. Cuba.

Los huevos del paraíso

Posted: viernes, 10 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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La infinita costumbre de Juanita la de la esquina de transitar con los huevos en las manos por las calles le ha ocasionado múltiples problemas.
Acosos, amenazas, proposiciones deshonestas, multas, y el calificativo de acaparador son varias de las angustias sufridas por Juanita la de la esquina antes de que el agente la llevara detenida a la estación.
De nada le sirvió jurar que venía de la carnicería, mostrar al policía la libreta de racionamiento, leer a voz en cuello los nombres de los consumidores en su núcleo familiar, ni sumar los 10 huevos que les correspondían a cada uno. Pillada en la vía pública, se la llevaron entre el asombro y la burla de los posibles compradores.
Tener dos huevos a la mano es algo de un valor inestimable, pasearse por las calles con 40 ó 60 es una provocación que te puede costar.
Los huevos hay que tenerlos bien puestos. Es decir, acomodados en filas, metidos en una jaba, envueltos en periódicos, pero nunca a la vista de todos si no se quiere volver a casa “deshuevado”.
Pero Juanita la de la esquina no escarmienta a pesar de las reiteradas amonestaciones, multas y decomisos impuestos por los inspectores y la policía. Al parecer olvidó que las gallinas ponedoras volaron con los ciclones.
Poseer un huevo extra en el momento actual es considerado, por el presidente de el CDR, como un grave delito, una falta de solidaridad, y sobre todo, la creación de un espejismo en quienes sueñan con comerse aunque sea uno o dos bien fritos.
¡De seguir la cosa como va, el valor de los huevos estará más caro que el dolar! le gritaba el presidente del CDR a Juanita.

¡Y cuando el petróleo se encuentre, vamos a ver que vas a vender!.
Muchos eruditos vaticinan ahora mismo que un huevo de Juanita la de la esquina podrá alcanzar un precio aproximado al huevo de Pascua de empuñadura de plata, sostenido por cuatro cruces, con las iniciales en esmalte azul del Zar Nicolás II, encargado en 1907 a Peter Carl Fabergé para la zarina, y subastado en la sucursal de la casa Sotheby´s, en Ginebra, por un millón de euros.
Otros vecinos, más prácticos, consideran que de tener en su poder un lugar mas apropiado, podría montar su propia huevada, con el nombre: Huevos del paraiso. Seguro que algunos sin pensarlo dos veces los cambiarían por el petróleo prometido hace más de 50 años.
Nada, que entre los huevos que exhibe Juanita la de la esquina por las calles de Santiago de Cuba, y el petróleo que se encuentra en ¡no se sabe donde!, los vecinos optarían, ante la falta de recursos, por la primera propuesta.
Eso, si antes no son detenidos, decomisados sus huevos, y escuchado el discurso del presidente del CDR, por receptación ilícita de un patrimonio de la nación.

Las papas de libra

Posted: jueves, 9 de abril de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Ayer llamé por teléfono a mi familia. Mi abuela estaba de los más contenta : ¡llegó papa mijo, llegó papa ! mi abuela se puso a hablar mas de 15 minutos sobre el lio que se formó con las papas. Se lo cuento.
El camión con las papas llegó al barrio sobre las diez de la mañana y la venta no comenzó hasta las dos de la tarde. El pesaje de la mercancía fue exhaustivo, saco por saco como era costumbre. La cola frente a la tienda se estendió en proporciones, debido a la demora del control físico de las viandas.
Antes de comenzar la venta hubo un murmullo general y protestas por parte de los consumidores, cuando el administrador de la tienda escribió con tiza en la tablilla de información que la papa se vendería a razón de una libra por consumidor. Él exigió de forma rigurosa que los compradores debían presentar su libreta de racionamiento. Todos se miraron. Se había vuelto una costumbre prescindir de esta libreta para comprar papas y venderla sin limitaciones de cantidad. Esta tienda es una de las sobrevivientes de todos los mercaditos del barrio. Hace poco los kioscos particulares que antes vendían viandas, frutas y vegetales, fueron cerrados, luego de permanecer por un periodo de varios meses cerrados por falta de productos.
¡Una libra de papas !. A muchos les pareció ridículo esperar varias horas de cola para llevar, una libra de papas, cantidad ínfima para los grandes vientres. Las protestas y los comentarios se hicieron eco : ¡cojones hasta cuando me van a matar del hambre !. Bueno esa es Juanita, la de la esquina. Mujer de unos 40 años. Pelo rubio y ojos verdes. Alta y gorda. Todos la conocen. Se destaca por sus paradas diarias en la esquina. Su casa es la esquina y su trabajo, es la esquina. No vayan a pensar que no tiene casa . Todo lo contrario. Pero, le gusta la esquina.
¡Hace tres dias que vengo esperando esas papas y ahora una libra ! continuaba ella con su enorme voz de soprano. Pero el presidente del CDR, que también llevaba tres días, según él, utilizó su técnica de “respuesta pasiva” -técnica utilizada por el gobierno para neutralizar los síntomas de malestar y disgusto en la población, empleados retirados y los viejos militantes comunistas que abundan en las colas la utilizan- El presidente hizo su labor, manifestando que algo era mejor que nada, que esto sucedía por ser el primer envío del año y tenían que racionarlo para que alcanzara para todos, que ya era hora de ponerle fin al robo y a la malversación de los empleados estatales sobre los productos que el estado produce con tanto esfuerzo y sacrificio para el pueblo que “trabaja y construye”. Todos aplaudieron y se repusieron en su larga cola. Juanita la de la esquina se fue para su casa con sus 22 libras de papas.

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