Más lejos que Cuba
Posted: sábado, 2 de mayo de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Las cosas que dejé en Cuba
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Acá les cuento las diferentes etapas que todos los cubanos pasan. No sé si existen bravos guerreros que niegan o dicen lo contrario. Algunas de estas etapas son el recuento de las largas conversaciones con mis compatriotas. Yo siempre diré que uno es de donde se sienta bien. En mi caso me siento bien en Francia al lado de mi familia. En el caso de otros ya podrán leerlo detenidamente. Y eso, a nosotros los cubanos no nos lo aprendieron en la escuela. La realidad de la vida es nuestra última escalera y muchos no llegan. Reconocerse es el miedo que nos persigue. Para gran sorpresa irse de un país, el cual tú conoces de arriba abajo significa pensarlo bien. Después si te decides a quedarte te lo perdiste y si es lo contrario los compañeros de inmigración te harán conocer que aún puedes arrepentirte. La carta blanca, el pasaporte, la carta de invitación. Estos tres pasos llevan su tiempo. Tiempo. Tiempo. Tiempo. Tiempo y después Tiempo.
Tu familia, el barrio, los amigos y enemigos. Adíos a todos. Aeropuesto Internacional José Martí(poeta, padre, pensador, amigo, escritor, bonito y héroe nacional de Cuba; vivió gran parte de su vida en el monstro, EU. ¿Le gustó?). Uniforme de Inmigración. La ventanilla. Momentos de tensión. El compañero lee de punta a cabo el pasaporte como una novela. Mira 40 veces tu foto. Sudas.
Preguntas del compañero:¿A dónde vas? -¿Por qué? -¿Visita por tres meses? -¿Y vuelves? –
Respuestas: Voy paraaa, voy paraaa como se llama- Me casé(dices bien bajito)Sí compañero, por supuesto. Finalmente el Cuño.
El avión. Retraso. ¿Escuché bien o será en inglés? ¿Y ahora por qué el avión sale con retraso? Seguro que es por mí. De seguro alguien se enteró de los 100 dólares que le pasé al Director por la firma de la liberación. (No te quejes, si taita Julián hubiera podido comprar su carta de libertad por 100 dólares, la historia de Cuba hubiera sido otra...). Cuando el avión finalmente despega te vuelve el alma al cuerpo.
Sentado en el avión. ¿Cómo se cierra el cinturón? No pidas otra Coca Cola no vaya a ser que "no te toque" o que la aeromoza te dé una mala contesta. Oyes voces, ¿estarás en el paraíso?¿Serán ángeles ? No. ¿Qué cosa es un Seguro? ¿Cómo sacar dinero de una máquina sin meter la tarjeta al revés?
Llegas. Ves lo que te imaginaste. Te desmayas en las grandes tiendas. Chocolate, leche condensada, carne mucha carne, cerveza, arroz, leche, miles de productos. Cuando entras a las tiendas te pierdes. Para comprar un cepillo de dientes te tardas dos horas. Los carteles publicitarios son gigantescos. Por primera vez pasas de las 150 libras pues te haces las tortillas con 10 huevos, jamón, cebolla, lo que encuentres. Comes un pedazo de carne en el desayuno. Quieres ganar el tiempo perdido. Comer, comer y comer.
Ahora a buscar trabajo. Y... "pasaron 1, 2, 3, 4, semanas; 1, 2, 3 meses" ¡Cojones, ni de sepulturero encuentras trabajo!. Tienes que pasar diplomas en otro idioma. Claro estás en vía de integración (bonjour Monsieur en quoi puis-je vous aider ? comment vous appelez-vous ? Remplissez ce papier, je ne le comprends pas). Conoces la ciudad de arriba abajo y no has hecho ni un amigo. ¡Te empieza a molestar la soledad y no hablar tu idioma!
Tu mente es una cabrona. Empiezas a pensar en la familia, en el barrio, en la mesa de dominó. En los negrones que al pasar las muchachas decían cochinadas (hoy piensas que son piropos). ¡Qué simpáticos muchachones!. Puedes imaginarte a la vieja levantarse e inundar la casa con el aroma de café que aunque fuera chícharo.
¡Reconoces qué lindo es tu país y su gente y que jodío es el frío!
Descubres a Lecuona, Matamoros, el Bola, Maria Teresa Vera, Buena Vista Social Club y a Compay Segundo. Tus libros tienen como tema: Cuba. Ahora quieres ser diferente, es más, hacer saber a todos tu origen.
Entiendes de una vez que los que estamos fuera, necesitamos más de los que están allá, que ellos de nosotros. Sus problemas se “resuelven” mandando euros, lo que necesitamos nosotros no cabe en mil correos.
Llega finalmente la esperada primera visita a Cuba.
¡Qué desilusión! Estás allá y ya no eres de allí. No conoces al grupo de moda, ni a dónde va la ruta 59, o qué novela están poniendo. Santiago o la Habana te es más ajena que Pekín...
Al segundo día, si no fuera por la familia, quisieras volver a casa. ¿A casa? ¿Pero no era esta tú casa? No perteneces a ningún lugar. No existes, todo es un espejismo.
En el aeropuerto, al regreso, esa vez no te harán tantas preguntas. Las preguntas te las vas a hacer tú... Si yo lo hubiera sabido antes. Tarda tiempo entender cuál es nuestro verdadero lugar.
Tu familia, el barrio, los amigos y enemigos. Adíos a todos. Aeropuesto Internacional José Martí(poeta, padre, pensador, amigo, escritor, bonito y héroe nacional de Cuba; vivió gran parte de su vida en el monstro, EU. ¿Le gustó?). Uniforme de Inmigración. La ventanilla. Momentos de tensión. El compañero lee de punta a cabo el pasaporte como una novela. Mira 40 veces tu foto. Sudas.
Preguntas del compañero:¿A dónde vas? -¿Por qué? -¿Visita por tres meses? -¿Y vuelves? –
Respuestas: Voy paraaa, voy paraaa como se llama- Me casé(dices bien bajito)Sí compañero, por supuesto. Finalmente el Cuño.
El avión. Retraso. ¿Escuché bien o será en inglés? ¿Y ahora por qué el avión sale con retraso? Seguro que es por mí. De seguro alguien se enteró de los 100 dólares que le pasé al Director por la firma de la liberación. (No te quejes, si taita Julián hubiera podido comprar su carta de libertad por 100 dólares, la historia de Cuba hubiera sido otra...). Cuando el avión finalmente despega te vuelve el alma al cuerpo.
Sentado en el avión. ¿Cómo se cierra el cinturón? No pidas otra Coca Cola no vaya a ser que "no te toque" o que la aeromoza te dé una mala contesta. Oyes voces, ¿estarás en el paraíso?¿Serán ángeles ? No. ¿Qué cosa es un Seguro? ¿Cómo sacar dinero de una máquina sin meter la tarjeta al revés?
Llegas. Ves lo que te imaginaste. Te desmayas en las grandes tiendas. Chocolate, leche condensada, carne mucha carne, cerveza, arroz, leche, miles de productos. Cuando entras a las tiendas te pierdes. Para comprar un cepillo de dientes te tardas dos horas. Los carteles publicitarios son gigantescos. Por primera vez pasas de las 150 libras pues te haces las tortillas con 10 huevos, jamón, cebolla, lo que encuentres. Comes un pedazo de carne en el desayuno. Quieres ganar el tiempo perdido. Comer, comer y comer.
Ahora a buscar trabajo. Y... "pasaron 1, 2, 3, 4, semanas; 1, 2, 3 meses" ¡Cojones, ni de sepulturero encuentras trabajo!. Tienes que pasar diplomas en otro idioma. Claro estás en vía de integración (bonjour Monsieur en quoi puis-je vous aider ? comment vous appelez-vous ? Remplissez ce papier, je ne le comprends pas). Conoces la ciudad de arriba abajo y no has hecho ni un amigo. ¡Te empieza a molestar la soledad y no hablar tu idioma!
Tu mente es una cabrona. Empiezas a pensar en la familia, en el barrio, en la mesa de dominó. En los negrones que al pasar las muchachas decían cochinadas (hoy piensas que son piropos). ¡Qué simpáticos muchachones!. Puedes imaginarte a la vieja levantarse e inundar la casa con el aroma de café que aunque fuera chícharo.
¡Reconoces qué lindo es tu país y su gente y que jodío es el frío!
Descubres a Lecuona, Matamoros, el Bola, Maria Teresa Vera, Buena Vista Social Club y a Compay Segundo. Tus libros tienen como tema: Cuba. Ahora quieres ser diferente, es más, hacer saber a todos tu origen.
Entiendes de una vez que los que estamos fuera, necesitamos más de los que están allá, que ellos de nosotros. Sus problemas se “resuelven” mandando euros, lo que necesitamos nosotros no cabe en mil correos.
Llega finalmente la esperada primera visita a Cuba.
¡Qué desilusión! Estás allá y ya no eres de allí. No conoces al grupo de moda, ni a dónde va la ruta 59, o qué novela están poniendo. Santiago o la Habana te es más ajena que Pekín...
Al segundo día, si no fuera por la familia, quisieras volver a casa. ¿A casa? ¿Pero no era esta tú casa? No perteneces a ningún lugar. No existes, todo es un espejismo.
En el aeropuerto, al regreso, esa vez no te harán tantas preguntas. Las preguntas te las vas a hacer tú... Si yo lo hubiera sabido antes. Tarda tiempo entender cuál es nuestro verdadero lugar.