Las cosas que dejé en Cuba 4
Posted: viernes, 13 de junio de 2008 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Las cosas que dejé en Cuba, Mi abuela
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Cuando estuve en Republica Dominicana, me sorprendió ver ese mundo de los quince, que pensaba, solo era de Cuba. Las cumpleañeras en aquellas fotos, mostrando poses de modelos ELLE, pero con un ambiente salido de los cuentos de Hadas, no encondian su alegria y nerviosismo. Las cosas que tuvieron que pasar antes de llegar a esa edad "virginal".
Las muñequitas de colores, asi le dece mi compañera, se pueden encontrar en cualquier lugar de Cuba, solamente con un poco de suerte podrás ver el enorme merengue alrededor de ellas. Los quince. Color de vestido : azul, verde, amarillo, rosado... Años atras se bailaban, ahora con solo 20 fotos y una fiesta de reggeton, se sale. Los quince de mi hermana fueron en la epoca del baile. Se pudieron hacer gracias a dos personas, mi madre y mi tía " La Tía del Dedo de Oro ", la que pasaba las noches discando en su viejo teléfono rojo hasta que nos conseguía una cita o una casa apropiada para hacer las fotos. Recuerdo que mi madre lo estaba preparando cuando mi hermana tenia 10 años, casi todos los meses ella metia en su cochinito los ahorros del mes, era su proyecto futuro. Dos dias antes ya se tenía el lugar alquilado para el baile y mas de 60 invitaciones, contando los amigos, de los amigos, de los amigos, que por supuesto no conociamos. Todo estaba a pedir de boca. El mismo dia en la mañana, mi hermana ya tenía mas de 40 fotos y estaba deseosa de empezar la fiesta. Los invitados llegaban y el nerviosismo de los organizadores aumentaba. Por fin podía comenzar el baile. Estaba lleno el local, al parecer llegaron los otros amigos, es decir mas de 100 personas. El calor se hacía insoportable. La primera pieza de vals no pudo terminar pues llegó el apagón. Mi madre solo atinaba a decirle a las personas que será cuestion de unos minutos. Mi tia solo alcanzaba a decir : "se jodió todo".
Tres horas mas tarde nos fuimos para un pequeño restauran. Ni mi madre, ni mi tia decian nada.
Quince años mas tarde, me escribe mi hermana que le está preparando los quince a su hija.