Tiempo al tiempo
Posted: martes, 8 de septiembre de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Mi abuela
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Vi con asombro las guaguas Chinas que según mi abuela, hace más de dos años la población venía esperando con interés y curiosidad.
Al montarme pude constatar que estructuralmente son sobrias y espaciosas. Los materiales son de plástico duro y resistente. Una abundante y adecuada disposición de ventanillas favorece la ventilación. Los asientos cómodos y rellenos, están adecuados al maltrato que suelen darles los cubanos. Según los choferes con los que he hablado, las características técnicas son muy buenas. En fin, la valoración que se hace de ellos es que son fuertes, modernos, cómodos y resistentes. Nadie mejor que los chinos para saber que el transporte público de un país como Cuba tiene que estar desprovisto de adornos. Hecho a prueba de guerras, maltratos e indolencias propios de la conducta humana cuando trasiega con lo que por ser de todos no es de nadie. Mi abuela que tiene un sentido realista, y que se basa en la experiencia de casi medio siglo pronostica que con el maltrato de los salvajes, el mal estado de las calles y el exceso de pasajes, dentro de poco las guaguas estarán hechas un desastre. Esto es lo que comentan ella y otros, porque es lo que han visto siempre. Pero como ninguna realidad humana obedece a leyes rígidas e inexorables, puede que con el cambio de las cosas cambie la gente y duren más estas guaguas. ¿Por qué no?
Al montarme pude constatar que estructuralmente son sobrias y espaciosas. Los materiales son de plástico duro y resistente. Una abundante y adecuada disposición de ventanillas favorece la ventilación. Los asientos cómodos y rellenos, están adecuados al maltrato que suelen darles los cubanos. Según los choferes con los que he hablado, las características técnicas son muy buenas. En fin, la valoración que se hace de ellos es que son fuertes, modernos, cómodos y resistentes. Nadie mejor que los chinos para saber que el transporte público de un país como Cuba tiene que estar desprovisto de adornos. Hecho a prueba de guerras, maltratos e indolencias propios de la conducta humana cuando trasiega con lo que por ser de todos no es de nadie. Mi abuela que tiene un sentido realista, y que se basa en la experiencia de casi medio siglo pronostica que con el maltrato de los salvajes, el mal estado de las calles y el exceso de pasajes, dentro de poco las guaguas estarán hechas un desastre. Esto es lo que comentan ella y otros, porque es lo que han visto siempre. Pero como ninguna realidad humana obedece a leyes rígidas e inexorables, puede que con el cambio de las cosas cambie la gente y duren más estas guaguas. ¿Por qué no?