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Lisandro es un amigo reconocido y estimado por los suyos y por los vecinos. Siempre con el celular al oído, viste ropa de marca. En el garaje tiene parqueado un moderno carro. Uno de sus placeres es fregarlo todas las tardes frente a la casa donde vive. Disfruta pasar la esponja mojada por el metal reluciente, pero lo que más placer le provoca es ver la cara de envidia de los vecinos mientras él acaricia su auto.
Es el mejor aministrador de la provincial, destacado en todas las labores productivas y sobre todo vanguardia national. Con sólo dar un vistazo a uno de sus entidades sabe cómo van las cosas, si el trabajo promete o no. Tiene un don natural para la contabilidad y para la organización de los recursos materiales y humanos. Durante su carrera universitaria no fue de los mejores estudiantes. Más bien fue un mediocre, pero siempre supo aprovechar las oportunidades, y sobre todo sobresalir en la carrera política, siempre presto a ser el más "combativo", uno de los primeros en los actos políticos, en las concentraciones de masas, en los mítines. Militante de la UJC, dirigente de la FEU, etc., etc.
Su toque magistral está en lograr que el almacén, fábrica o establecimiento, genere ganancias para la empresa estatal, pero sobre todo que genere ganancias para él y su equipo. Su éxito se basa en la burocracia, la inercia, el descontrol, la ignorancia de los cuadros técnicos y administrativos. El otro día, él llegó a una panadería donde el robo era el lema. Lo contrataron como jefe de producción, porque necesitaban a un tipo capaz que organice, que les permita ganancias lícitas. Inmediatamente detecta "disfuncionamientos". Esperó una semana y comenzó a denunciar los métodos utilizados. El miedo y el pánico se apoderaron de los administrativos. A las pocas semanas todo cambió. La panadería terminó convirtiéndose en el mejor establecimiento de Santiago. Ahora sobrecumple todas las metas, gana gallardetes de centro destacado.
El lema de Lisandro es "A Fidel lo de Fidel, y a Lisandro lo que es de Lisandro". Vivo bien, dentro de lo posible. Tú sabes que aquí son los maestros del mimetismo. Nunca falto a una asamblea ni a una marcha contra los mosquitos, ni a una tribuna abierta contra los fantasmas del norte. Y eso es verdad, en su cuadra, Lisandro es un compañero ejemplar, nunca falta a una guardia del CDR. Es el que más comida aporta para las fiestas del 28 de septiembre, día de los Comités de Defensa de la Revolución, muchas veces la bebida va por él. Eso sí, evita por todos los medios que la gente entre a su casa. "Por las miradas indiscretas, aquí uno no sabe quién es quién".