Zapato-excremento

Posted: lunes, 8 de junio de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Le cuento a mi amigo que la ciudad donde vivo, Montpellier, tiene una gran similitud con Santiago de Cuba y La Ciudad de la Habana. Los acontecimientos sufridos en estos tiempos me hacen pensar eso. Ahora soy precavido y observo con detenimiento el asfalto. Para mi familia soy una especie de detector de minas. En otras palabras, detector de protuberancias fecales, haciendo las tres ciudades los mayores servicios sanitarios al aire libre.

En Santiago la noche es peligrosa para los peatones desprevenidos, pues plantarle la suela a una defecación de perro vagabundo, cambiarle el diseño a la de un gato o desparramar la de algún inquilino habituado a aportar su cuota de pestilencia a la calle -bien como protesta o simplemente por necesidad- es algo casi natural. En la Ciudad de la Habana, muchos hogares carecen de inodoros e innumerables barrios afrontan una escasez en el suministro de agua que impide la práctica de métodos civilizados. Este es uno de los motivos para la proliferación de las inmundicias. El otro es la fatal entronización de la indisciplina a gran escala, llamado “zapato- excremento”.
”Cuba que linda es Cuba, quien la defiende la quiere más” hermosa las postales turísticas. La gente no cambia y no quiere cambiar. Todo no puede ser la culpa del Estado. Los sembrados de porquerías pululan frescos y rancios, en las aceras y en las avenidas, solitarios y envueltos en trozos de prensa oficial.
Le digo a mi amigo que existe otra semejanza, y es que aquí, el “Estado” se encarga de poner al servicio del cliente pequeñas bolsas plásticas. Es cierto que a diferencia tenemos que pagarlas con nuestros impuestos, pero se imaginan ustedes con esos distribuidores al servicio de nuestros cubanos. Se acabó lo que se daba. Es inquietante lo que sucede, aunque el cubano se acostumbra, incluso colabora con el desparpajo como si nada le interesase. Hasta cierto punto se impone la lógica.
Mi amigo palideció dentro del baño de un hospital. Tuvo que entrar en el hospital para orinar. Había una cola enorme. Me cuenta en detalles que bajo el cartel de NO FUMAR, varias personas expelían sendas humaredas indiferentes y conversando con el sosiego y el tono de quienes asisten a un partido de beisbol. Del baño salió con los ojos al borde de soltar lágrimas. No pudo esquivar las heces, que se encontraban detrás de la puerta. Pudo salvar la camisa que le regalé: Montpellier.

1 comentarios:

  1. LUNASOL says:

    Hola yannier RAMIREZ BOZA es muy interesante lo que dices y la forma. Yo también vivo en Francia y conozco un poco Santiago y la Ciudad de La Habana.?Es qué las imagenes son tuyas? Tengo poco tiempo pero poco a poco leeré tu blog y si puedo te haré comentarios para que viva un poco. Gracias por el Blog y hasta la vista. LUNA.
    ps.Cuando haga el mio te invitaré para que dejes tus opioniones. bye

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