De tal palo tal astilla

Posted: jueves, 25 de junio de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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La religión afrocubana tiene su historia, la que practica mi madrina (Juanita la de la esquina): es el palo monte. No se preocupen que le explicaré en tres palabras. Es una religión que toma mucha disciplina, esfuerzo, tiempo y dedicación. El palero es aquel que se ha rayado en un fundamento. Hay diferentes clases de rayamientos. Todo palero aprenderá el vocabulario congo, los cantos y ciertas yerbas. La persona que vaya a recibir la ceremonia de rayamiento no deberá tener ningún tipo de relación sexual por siete días antes, esta es una ceremonia de consagración y deberá entrar limpia. Esta religión esta basada totalmente en lo que es la naturaleza. Se trabaja con las plantas, yerbas, palos, tierras, piedras y diferentes tipos de aguas, como agua de lluvia, mar, río, lagunas y hasta agua de charcos.También se trabaja con la luna y el sol en sus diferentes estaciones. En el palo al muerto se le manda y al santo se le pide. ¿ Entendieron ? Bueno el caso es que la semana pasada a Juanita la de la esquina, mi madrina, la visitaron los inspectores de Salud Pública en su misión obligatoria de lucha contra el dengue. Mi madrina que estaba en la esquina se apresuró a entrar a casa, para recibir con la mejor de sus sonrisas a los invitados de marca. Los mandó pasar, permitió que registraran patio, cocina, baño y cuartos. La inspectora, linterna en mano, revisó los tanques de agua, preguntó si la taza del inodoro no tenía salideros, si no tenían otros recipientes con "el preciado líquido", y si tenía vasos para sus muertos queridos.
¡ Ah, pero en el cuarto de los santos ! Ese, que le trae buena suerte, dinero, haijados y no deja entrar malos ojos, ni zarabandas, ni polvitos, ni malas intenciones, cohabitan las larvas del mosquito. A la par de cada santo, tres o cuatro recipientes con agua, es decir, todo un carnaval. Ahí mismo se armó el “sálvese-quién-pueda”. La inspectora puso cara de atea.
-No sé cómo carajo se puede vivir con tantos santos, le dijo
Desde ese momento, me di cuenta de que Juanita la de la esquina, mi madrina, posee poderes sobrenaturales. Con severidad todos los santos miraron a la pobre inspectora, a la que poco a poco se le convertía la cara en una especie de mosquito. La mujer lloraba, gritaba y pataleaba, deshecha en disculpas, pero no logró que le quitaran el daño.
Días después, mi madrina empezó a recibir más haijados que de costumbre. Tuvo que marchar muy bien la cosa, o, por qué para consultarse con ella había que sacar cita con bastante días de antelación.
-madrina, ¿y por qué ahí tanta gente?
-no comentes nada, pero es gracias a un nuevo santo milagroso.

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