Desde el Rio Bravo hasta la Patagonia

Posted: miércoles, 5 de mayo de 2010 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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De aquí a 50 años quien podrá calcular la velocidad de las palabras, donde la maquinaria económica predominará. De aquí a 50 años las ideas socialistas estarán encerradas dentro de un museo, para que todos puedan admirar el primitivismo de ahora. De aquí a 50 años solamente existirá un país todo poderoso, que capitaneará en todo el planeta; se hablará un solo idioma y se monopolizará una sola moneda. De aquí a 50 años la palabra pobre será tachada del diccionario, en revancha, muchas se solidarizarán al mismo grado: explotación, burro, esclavo… de aquí a 50 años el hambre será reglamentada y los individuos se disputarán las enfermedades. De aquí a 50 años desaparecerán las fronteras, la palabra visa será grotesca y la inmigración será de animales. De aquí a 50 años en las escuelas se instruirá cómo ganar dinero y cómo consumirlo; las asignaturas como: la historia, la geografía, la filosofía, la literatura y los idiomas se podrán encontrar, si todavía existimos, en nuestros discernimientos de alzhéimer. De aquí a 50 años conferenciaremos de la crisis de la civilización, y a nuestra gran sorpresa, nos felicitaremos. De aquí a 50 años nuestra capacidad de dudar y nuestra certidumbre serán más fuertes y uniformes en nuestras subsistencias cotidianas. De aquí a 50 años el Sur no existirá y el Norte ya habrá fabricado suficientes trabajadores-consumadores en serie. De aquí a 50 años el marketing y la publicidad se ostentarán claramente para fomentar la violencia y la frustración. De aquí a 50 años las promesas de todos los dictadores, perdón, presidentes, se transformarán en el nuevo lineamiento de orden político y económico.

Lógicamente todo eso pasará de aquí a 50 años si nos quedamos con los brazos cruzados. Si nuestra raza responde al sentimiento de pertenecía y justicia, podemos comenzar un nuevo camino con las ideas de muchos hombres del nuevo continente. Puedo decirles que no poseemos ninguna bola de cristal que pueda prevenir el futuro, que si es un proyecto que vale o no la pena, si es desequilibrado o genial. Pues ese camino, ese futuro verdadero es mejor que el hueco de falsedades que nos invade por boca de los dictadores, perdón, presidentes. ¡De aquí a 50 años, cambiemos el mundo, por nuestro bien!

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