La última cena
Posted: jueves, 1 de octubre de 2009 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas: Las cosas que dejé en Cuba Esto ocurrió en una época en que la necesidad nos había reunido en un espacio de seis metros cuadrados. Allí practicamente vivíamos. Sabíamos que no comeríamos esta noche tampoco. Pero el feliz recuerdo del enorme almuerzo del día anterior, impedía toda angustia intestinal. Teníamos que hacer un largo camino, pues de nuestro cuarto al Hotel Leningrado había unos 10 kilómetros. Pero confieso que los caminé alegremente. Aunque ya nada tenía del almuerzo, me llegaba a tirar los deliciosos eructos y pedos que cabe imaginar.
Cuando llegamos, -se me olvidó decir que estaba mi amigo conmigo- nos agachamos para entrar en medio de la oscuridad. Pensaba que estábamos solos, pero un ruido nos hizo retroceder rápido. Comencé a preocuparme, pues no podía identificar este ruido. Los cinco tubos de ventilación que se encontraban alineados estaban ocupados. Ya empezaban a abrir las llaves de los mismos, era la hora de la comida y empezaba a salir el ruidoso aire. No entendí muy bien en un principio, pero pronto escuchamos distintamente las expresiones: ¡Langostas con mayonesa! ¡arroz con camarones! ¡Platanitos fritos! al mismo tiempo que pude ver el abrir y cerrar de narices que aspiraban el olor que salía de aquellos tubos.
Por supuesto eran las narices de otros vecinos de la cuadra que ya estaban enterados. Todos estaban tendidos boca arriba en sus respectivos tubos, aspirando el delicioso olor de estos platos. Mis ojos ya acostumbrados a la oscuridad, podían ver claramente las caras de Juanita la de la esquina, su marido, el médico y su mujer.
Después de todo las cosas no iban mal pues, nos dimos cuenta de que habían abierto dos tubos más y corrimos para no perder el plato de turno .
Esta vez no escuché ningún ruido pero flotó en el aire anunciándolo. No pude contener la alegría : ¡pollo! ¡pollo! aquello fue nuestra última comida. Al otro día, el hotel cambiaba de patrón, se llamaría San Pedro, el dólar empezaba a circular y los huecos del sistema de ventilación sufrirían sus transformaciones. Cuba ya llevaba tres años de Período Especial.
Usted tiene una buena facilidad para contar historias. Actualmente vivo en España y gracias a sus historias me puedo acordar de muchas cosas que dejé allá.