Pasado, presente y futuro

Posted: viernes, 12 de marzo de 2010 by yannier RAMIREZ BOZA in Etiquetas:
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Hoy hace un buen tiempo, “pero lo vamos a pagar” dice mi vecino. Y es verdad, poca gente vive el presente. Prefieren vivir el pasado, el futuro o los dos. Las malas y las buenas cosas las reciben dos veces; las buenas las disfrutan con anticipo y las malas las viven. Por ejemplo: un político nunca promete nada para el presente, decía mi abuela, seguro dirán que sería para el futuro y así sucesivamente, y eso sí que es grave.

Yo tenía a los 5 años, como poca gente en Cuba, una libreta de ahorro. Era la época del futuro por excelencia, todo estaba construido para el mañana. “No toques eso, que es para mañana”, me decía mi mamá, “no utilices esto que es para el futuro”, me decía mi papá, y así hasta José Martí. Yo tenía mil pesos en mi cuenta. Créame que esa cifra sí que es buena. Muchas cosas te podrías comprar. Mi madre podría tener un lindo vestido, mi abuela un balance nuevo, hecho por un buen carpintero, mi papá unos buenos pantalones y mis hermanos muchos juguetes; pero teníamos que esperar el futuro. En el presente de ese tiempo, mi mamá no tenía su vestido, mi abuela no tenía el balance, mi papá el pantalón y yo tenía que contar con los juguetes viejos de mis hermanos y los mil pesos.
Once años más tarde integré el servicio militar. Era la época del periodo especial. No había ni juguetes, ni balances, ni vestidos y mucho menos pantalones, pero sí tenía todavía mis mil pesos. En el servicio militar obligatorio existía también una sola regla «sacrificar parte de tu juventud y morir para que existiera un mañana, para que existiera la paz, sobre todo para el futuro” menos mal que no existió tal guerra con los poderosos del norte (EE.UU), pero sí sacrifiqué buena parte de mi juventud. Al terminar mis tres años de servicio, nos entregaron a cada uno una carta de reconocimiento, un fuerte abrazo y unas palabras como que en el futuro seríamos viejos y tendríamos el respeto de las nuevas generaciones.
Mi abuela siempre lo decía “lo cómico es que no tenemos futuro, porque no existe. Para todo el mundo el futuro seguro es la muerte y nuestro seguro más estimado es el presente, la vida, el minuto mismo; esos minutos que pasaron, créeme mijo que no te pertenecen. Algunos como me ven vieja me dicen que me queda poco que vivir, y eso es falso, no tenemos nada que vivir, nosotros vivimos y es a fuerza de vivir que duramos más. Estamos vivos y por el minuto después estaremos muertos.”
En aquella época no entendía muy bien a la abuela, que a cada minuto soltaba unos de sus sermones. ¿Sería la vejez que le hacía hablar?
Hoy me doy cuenta de que todavía tengo los mil pesos, mis hijos ya tienen edad de tener su propia independencia, por eso he pensado en pasarles mi bien más preciado, fruto de sacrificio de tres generaciones, mi antigua libreta de ahorro.

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